A lo largo de su trayectoria como jugador y entrenador, Manolo Jiménez pudo irse del Sevilla hasta en cuatro ocasiones. En 1988 le quiso fichar el Real Madrid para sustituir a un José Antonio Camacho que enfilaba su retirada. El de Arahal, 20 veces internacional, eligió quedarse en Nervión. La misma historia se repitió en 1992 cuando Augusto César Lendoiro, presidente del Superdepor fue a por él a muerte. Los gallegos ficharon al valenciano Nando. Ya como técnico del Sevilla Atlético tuvo una buena propuesta del Xerez. Rechazada. La última le vino del Almería. Monchi iba a ser director deportivo. Con ellos se irían Cruchaga, Puñal, Kepa y Antonio Puerta. Nada de nada. Su perseverancia le llevó al primer equipo con todo el mérito del mundo.
El Atlético de Madrid le tuvo en su lista de posibles sustitutos para Abel Resino. Ya ven. Cuantos más palos le daban en casa, más se le valoraba fuera. Cobrando tres veces menos que Juande Ramos (la ficha del manchego en el Sevilla era 1,6 millones de euros por temporada), Jiménez ha conseguido en dos temporadas clasificar al equipo para una Copa de la UEFA y una Champions League y ha quedado en la Liga tercero. ¡Tercero! Por delante de equipos con mayor potencial económico como Villarreal, Valencia o Atlético. La exigencia del presidente, José María del Nido se ha cumplido. Este Sevilla está entre los cuatro mejores equipos de España. Y en Europa por sexto año consecutivo. Normal que Del Nido haya decidido renovarle. Era de justicia.
Ahora a confecionar una gran plantilla para una temporada con muy buenos augurios, ahhhhhhh y dejémonos de historias que cada vez que Jose Mª Del Nido ha tomado una decision nunca se ha equivocado.
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